Yo no diría como Marx de la Religión, que el fútbol es el Opio del Pueblo, sino más bien que son las "anfetas" del Nacionalismo. Un sentimiento ese del patriotismo, muy barato, pues de hecho parece que aflore de la crosta reptiliana del cerebro, esa parte donde residen los sentimientos más irracionales y, por desgracia, más viscerales. Unos sentimientos mezquinos que aparecen arrasando cuando se gana pero que generalmente se esconden.
Pero quién saca beneficio de ello, quién se alimenta de esas ubres? De momento, toda esa mentira de los que se cobijan en la LA CAVERNA. Esos mismos que hablan luego de "modernizar el país" y que lo venden al mejor "postor".
1 comentario:
A los que no nos gusta el futbol, a los que no lo entendemos,a los que miramos con cara perpleja el arrojo de enamorado de los que miran un partido, nos asusta el grado de pasión que despierta.
La exaltación del patriotismo exacerbado, el racismo que fomenta,
la sublimación de la diferencia y la rivalidad, la empatía con el jugador, con el equipo, como si este fuera el alter ego del forofo.
Esas frases de "hemos ganado", "nos la han metido", como si el que habla estuviera fisicamente ahí en el campo, denotan cierto grado de desorden mental colectivo y preocupante.
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