Desde 1880 todas las tribus indias estaban condenadas a vivir en las reservas, generalmente los territorios más pobres. Ya en 1890 la situación era insoportable condenados al hambre y a la derrota moral, los indios quisieron ver en una religión mesiánica, "the Gosht Dance" (La Danza de los espíritus) una forma desesperada de salvación. Un indio paiute, "Wovoka", había predicho que con ella vendría un gran diluvio que acabaría con el hombre blanco y que después todos los indios antepasados volverían a la vida. En la Reserva de Pine Ridge, donde estaba "Toro Sentado" (Sitting Bull), día y noche los indios se entregaban a tal ritual. Las autoridades temerosas de que ello acabara en una revuelta mandó a la policia india a detenerle. Una vez allí ante la resistencia de sus seguidores comenzó un tiroteo que tuvo como consecuencia el asesinato de Toro Sentado.
Cerca, "Big Foot" temeroso de su suerte y la de los suyos huyó de la reserva, saliendo en su persecución el ejército. El resultado fue la conocida masacre de Wounded Knee, donde más de 300 indios fueron muertos, en su gran mayoría ancianos, mujeres y niños.
Ya en el 1973 cientos de indígenas y seguidores se reunieron otra vez en Wounded Knee para hacer una poderosa declaración de los ataques de la policía y los agentes federales, y exigir que el gobierno respetara los tratados que daban a los indígenas tierras y autonomía. Al día siguiente de su llegada, los rodearon 300 guardias del FBI, y la policía estatal y local. El cerco duró 71 días, y si bien ante el resto del mundo fue un gran éxito mediático, no se hizo esperar la represión. En los tres años posteriores al menos 60 activistas indios murieron en circunstancias desconocidas. Todavía hoy Leonard Peltier, acusado de estar implicado en un tiroteo, resta en cadena perpetua.
“Estudiantes a la boloñesa” será el plato del futuro, con el que el Mercado servirá “fast food” a la empresa. Y digo Mercado y no Universidad, pues ésta ya definitivamente se habrá convertido en una fábrica de conocimiento-mercancía. Lejos quedará ese “terreno de nadie” donde surgían aquellas mentes críticas de la sociedad. Eso al Capital no le interesa para nada.
