"Hablar, es ante todo detentar el poder de hablar. O más aún el ejercicio del poder asegura el dominio de la palabra: sólo los amos pueden hablar. Con respecto a los sujetos: conminados al silencio del respeto, de la veneración o del terror. Palabra y poder mantienen relaciones de tal naturaleza que el deseo de una se realiza en la conquista del otro. Príncipe, déspota o jefe de Estado, el hombre de poder es siempre no sólo el hombre que habla, sino la única fuente de palabra legítima: palabra empobrecida, pobre pero rica en eficiencia pues se llama mando y no quiere sino la obediencia del ejecutor. Extremos inertes por sí mismos, poder y palabra no subsisten el uno sin el otro, cada uno de ellos es sustancia del otro, poder y palabra se establecen en el acto mismo de su encuentro. Toda toma de poder es también una ganancia de palabra." Pierre Clastresmartes, 19 de agosto de 2008
Libertad para Pensar, Libertad para Expresar, LIBERTAD!!!
"Hablar, es ante todo detentar el poder de hablar. O más aún el ejercicio del poder asegura el dominio de la palabra: sólo los amos pueden hablar. Con respecto a los sujetos: conminados al silencio del respeto, de la veneración o del terror. Palabra y poder mantienen relaciones de tal naturaleza que el deseo de una se realiza en la conquista del otro. Príncipe, déspota o jefe de Estado, el hombre de poder es siempre no sólo el hombre que habla, sino la única fuente de palabra legítima: palabra empobrecida, pobre pero rica en eficiencia pues se llama mando y no quiere sino la obediencia del ejecutor. Extremos inertes por sí mismos, poder y palabra no subsisten el uno sin el otro, cada uno de ellos es sustancia del otro, poder y palabra se establecen en el acto mismo de su encuentro. Toda toma de poder es también una ganancia de palabra." Pierre Clastres
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