domingo, 8 de febrero de 2009

SIN JUSTICIA SOCIAL...HUELGAN LOS JUECES

La Sociedad Carcelaria se amplía. Leyes, normas y códigos más rigurosos, hacen la Justicia más punitiva. Se construyen nuevas cárceles para llenarlas, lejos ya de las ciudades, para ocultar los dramas personales de la vista de "almas sensibles". Pero a los jueces se les acumula la faena, el Gremio se queja. Piden más medios y más dinero para ser más productivos. Amenazan huelga. No toleran que se cuestione su autoridad y sin embargo ellos seguirán sin plantearse si su justicia sirve ante todo para justificar una sociedad injusta. Y es que sin justicia social ... huelgan los jueces.
"El Estado a través de los medios de comunicación mantiene en la mayoría de los casos un silencio, en los menos una desinformación calculada de lo que ocurre en las prisiones: se encarga de callar la realidad y de transmitir tópicos y demagogia para justificar la existencia de las cárceles/../El mayor delito que sustenta cualquier cárcel es la pobreza. En las más de ochenta cárceles que existen en el Estado Español, dos tercios de sus reclusos son pobres/../Por el mismo "delito" pueden caerte meses o años, según la interpretación a pleno capricho de Ios jueces, según la astucia asociada a los honorarios que tenga el abogado. Puedes estar muchos años en prisión preventiva y que luego te declaren inocente. O que te lleven a la trena con un lenguaje que está calculado para que no lo entienda la gente llana. Las cárceles están llenas de gente que no han tenido oportunidad de defenderse de su maquinaria jurídica por ser pobres, de gente que habiendo cumplido su condena no sepa que tiene algún "beneficio penitenciario" y se pasan una temporada de más a la sombra/../Por si no fuera poco con la "privación de libertad", un gran número de presos son sometidos a la dispersión; de esta forma condenan también a sus familiares y entorno solidario, obligados a desplazarse lejos de sus domicilios, recibiendo trabas en las visitas, paquetes y en el transporte. Pero La máxima expresión de abuso y castigo sobre los presos viene representado por el régimen FIES que se aplica a cierta “tipología” de preso o a los que dentro osan rebelarse a su "destino carcelario":Grabación de todas las llamadas telefónicas que el Interno realice al exterior. Fotocopia de toda la correspondencia entrante y saliente del Interno. Grabación de las Comunicaciones. Observación y anotación diaria por parte de los funcionarios del módulo de todas las actividades que realiza el Interno (compañeros, paseos, lecturas, destino, etc.) Control de la comunicación del Interno con su abogado. Restricción de las personas que comunican con el Interno, ya sean comunicaciones directas o telefónicas. Prohibición de participar en algún tipo de trabajo, taller o curso. Prohibición de tener más de dos libros y más de dos prendas de vestir…”(Dossier Jornadas contra las cárceles)


Hace cuatro años murió Xosé Tarrío, después de un largo calvario hospitalario y tras casi 17 años de cárcel (12 de los cuales en aislamiento), sin haber disfrutado ni de un solo permiso de salida o tercer grado. El testimonio de su lucha y radiografía detallada de las cárceles y del régimen FIES es su libro “Huye, hombre, huye,” de Virus Editorial. Por lo demás no sólo se ponen trabas a los grupos de apoyo a los presos sino que en ocasiones se les involucra en actos de diversa índole para así justificar su persecución y sembrar el desánimo, como el caso de Núria Pòrtulas.

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