Lo dice Sebastián Faure en su "Enciclopedia Anarquista": "La ley tiene un solo objeto: justificar, primero, y sancionar, después, todas las usurpaciones e iniquidades sobre las cuales descansa lo que los aprovechadores de esas iniquidades y usurpaciones llaman "orden social". Los detentadores de la riqueza han cristalizado en la ley la legitimidad original de sus fortunas; los detentadores del poder han elevado a la altura de un principio inmutable y sagrado el respeto debido por las multitudes a los privilegios, a la potencia y a la majestad con la que se aureolan. Podemos registrar, hasta el fondo y el subsuelo, el conjunto de esos monumentos de hipocresía y de violencia que son los códigos, todos los códigos; no encontraremos una sola disposición que no esté en favor de estos dos hechos de orden histórico y circunstancial que se intenta convertir en hechos de orden natural y fatal: la propiedad y la autoridad."
Y es que los viejos anarquistas no se andaban por las ramas y ponían el dedo directamente en la llaga.
Y es que los viejos anarquistas no se andaban por las ramas y ponían el dedo directamente en la llaga.
1 comentario:
El mercado sobrevive porque es injusto. Eso está claro. No es posible una economía de mercado justa porque el bienestar económico de unos siempre es a costa de la explotación de otros.
El que gana algo es siempre porque alguien lo pierde.
Publicar un comentario